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agosto 21, 2023

Elecciones anticipadas con rumores anticipados

(Ecuador - 20 de agosto de 2023)

“¿No te olvidas el esfero?” le pregunta una joven a su compañero mientras caminan en dirección al recinto electoral de la Universidad Salesiana en Quito. No se confunda estimado lector, no es que la crisis haya llegado el extremo de que en las juntas electorales no haya esferográficos para marcar el voto. Cada recinto electoral está equipado con todo lo necesario para que los ciudadanos puedan votar. El tema de fondo es la desconfianza ciudadana. Días previos a las elecciones circulaban unos vídeos por redes sociales en donde se recomendaba llevar su propio bolígrafo ya que supuestamente los dispuestos en las mesas electorales podían borrarse al exponerse al calor. Recordando bien, esos vídeos me resultan conocidos de otras elecciones pasadas, por lo que la desconfianza viene de tiempo atrás.

Llego cerca de las 2 de la tarde al recinto electoral. Me llama la atención que la calle de acceso está parcialmente cerrada y hay una camioneta de la policía municipal, pero nada fuera de lo común. Aunque sí hay algo curioso: en las paredes aledañas se encuentra pintado - con una plantilla - un retrato del candidato Otto (quien fue vicepresidente en el gobierno de Lenín Moreno) con una consigna en su contra. El recinto electoral no tiene mucha concurrencia a esa hora; en la planta baja hay un espacio con mesas para descansar y varias personas están sirviéndose alimentos. Al subir las gradas me dirijo a la mesa que me corresponde y por primera vez veo presencia del ejército, al igual que en elecciones anteriores. Hubo el rumor de que verificarían los bolsos o mochilas a la entrada, y que habría una nutrida presencia del ejército en los recintos, pero el ambiente se ve como en pasadas elecciones: gente que entra y sale con paso apurado y personas ubicadas a la salida preguntando si se quiere emplasticar el documento. Rumores anticipados para estas elecciones anticipadas.






junio 10, 2020

Desencuentro en las calles

La Floresta (Foto: Peregrino)
Una calle de "La Floresta" en Quito (Foto: Peregrino)

Estoy listo para salir, luego de un par de semanas de permanecer dentro de casa. Me pongo la mascarilla y un sombrero para protegerme del fuerte sol quiteño. Voy en búsqueda de una farmacia pero se me hace difícil caminar y respirar con mascarilla bajo el sol; a pocas cuadras me la quito para respirar mejor y tomo la precaución de caminar por calles secundarias que apenas tienen gente. Observo a un señor que se ha bajado de su moto y se sienta en la vereda para hablar por su celular sobre un pedido. En los bajos de un edificio residencial se encuentran varias botellas de licor como mudos testigos de una celebración clandestina. Me acerco a la zona turística de La Mariscal, en otros tiempos ruidosa, pero en esta ocasión solo hay un silencio interrumpido por motos policiales. Paso cerca de un restaurante entreabierto y se escucha el lamento de la canción “Fatalidad” de Julio Jaramillo. Llego a la avenida Amazonas, me pongo nuevamente la mascarilla y parece que algunas farmacias han reinventado el negocio, ya que no recuerdo que en otras ocasiones estuviese el letrero “Se vende helados”. Me dirijo hacia allá. Tomo distancia de las dos personas que aguardan. El primero, es un joven que hace un largo pedido mientras con una mano lee el celular y con la otra sostiene un casco. Luego es atendido un señor vestido con un inmaculado terno blanco. Con acento brasileño pregunta por algo que no hay y se aleja desorientado. Hago la compra y retomo mi camino. Una señora y un joven venden de manera discreta mascarillas y guantes. Un poco más allá, dos venezolanos aguardan con su caja de venta de cigarrillos, mientras un indigente pide una moneda a los transeúntes. Regreso a casa con mis medicinas y con la soledad del desencuentro.

mayo 27, 2017

Aprendiendo el valor del trueque en el Amazonas

Hace unas semanas estuve en la ciudad de Tarapoto, en la Amazonía peruana, donde se desarrolló el VIII Foro Social Panamazónico entre el 28 de abril y el 1 de mayo de 2017. Mientras duraba el evento, estaba abierta una feria artesanal con unos 50 puestos en los que se ofertaban diversos productos originarios de la Amazonía peruana. Se encontraban una variedad de artesanías elaboradas a mano, algunas de las cuales demostraban una gran creatividad y habilidad de sus creadores.

Artesanías originarias de la Amazonía peruana

Entre los puestos con artesanías, se encontraban algunos atendidos por personas pertenecientes a la cultura de los Shipibos. La mayoría de los Shipibos vive en la Región Ucayali (selva baja del Perú) y se caracterizan porque ellos mismos elaboran todo lo indispensable para atender sus necesidades: construyen sus canoas, redes de pescar, vestidos y la materia prima es tomada de la misma naturaleza amazónica con sus plantas, animales, lagunas y ríos. 


Artesanías de origen Shipibo
En la feria, me acerqué a un puesto atendido por dos mujeres indígenas shipibas de avanzada edad que venían desde la zona de Pucallpa. Tenían cierta dificultad para hablar en español, pero atendían muy amablemente y sonrientes. Compré un par de recuerdos que los introduje en mi bolso artesanal ecuatoriano de origen otavaleño. Una de ellas, me dice “bonito bolso” y le muestro los motivos andinos tejidos: una casita y montaña. Por lo que me propone hacer un intercambio o “trueque”. Le entregué mi bolso y ella me dio una pulsera, un collar de diente de lagarto y estaba por darme un segundo collar maravilloso, pero le dije que agradecía su generosidad, pero me parecía suficiente; después de todo, mi bolso era sencillo y al prodigarse en el intercambio sentía que ella salía perjudicada. En todo caso, es así como la amable indígena me enseñó en la práctica el valor del trueque, una práctica ancestral en armonía con la naturaleza y acorde con prácticas milenarias de intercambio. Luego de esta experiencia me preguntaba si es posible regresar al trueque. Parece muy difícil en un contexto de capitalismo dominante con su mecanismo de oferta/demanda, compra/venta. Sin embargo, se pueden observar iniciativas de trueque en las redes sociales (como Facebook). ¡Vale la pena intentarlo! 

P.D.: Para conocer más sobre la cultura Shipibo recomiendo bajar el siguiente libro: https://www.unicef.org/peru/spanish/Shipibo-territorio-historia-cosmovision-Educacion-intercultural-bilingue.pdf

abril 23, 2017

Desde la frontera colombo - ecuatoriana

Tuve la oportunidad de colaborar con el equipo misionero de frontera del Vicariato de Sucumbíos. Además de Lago Agrio, logré visitar las comunidades que se encuentran en el Puente Internacional, General Farfán (llamado comúnmente la Punta), Patria Nueva, El Proyecto San Miguel (Vía a Colombia) y San Francisco. Si bien mi recorrido fue más bien en zonas campesinas de frontera, hay que tomar en cuenta que Sucumbíos es muy diversa. Además de la población urbana, se encuentra la población mestiza campesina, población afroecuatoriana e indígena (quichua y cofán). 

Sección norte de Sucumbíos con el Río San Miguel (Límite con Colombia)  
En esta época hay abundantes lluvias con la consecuente creciente del Río San Miguel en la frontera y el Río Aguarico (al sur de Lago Agrio). Los pobladores temen el desbordamiento de los ríos que puede afectar las viviendas y cultivos. El maíz ha sido fuertemente afectado, por lo que en la actualidad se está trayendo maíz desde el interior de Colombia. Por otro lado, un comentario general es que a raíz de las fumigaciones con glifosato (por el año 2000) la tierra se ha vuelto menos productiva. 

El paso hacia Colombia se nota tranquilo seguramente debido a la desmovilización de las FARC. Sin embargo, choca el contraste entre el puesto de policía fronteriza ecuatoriana y colombiana. En la zona colombiana, luego de cruzar el puente, la caseta de policía se encuentra protegida por sacos de arena. Lo mismo sucede en el caso de los pozos petroleros de Ecuador y Colombia. Los pozos que se encuentran cercanos a Lago Agrio lucen solitarios. En contraste, en el lado colombiano, en Puerto Colón San Miguel (Putumayo) la zona petrolera de la “Batería Colón” se encuentra personal militar fuertemente armado.

Vista desde el Puente Internacional del Río San Miguel (a punto de desbordarse).  

Apenas se cruza el puente sobre el Río San Miguel, en el lado colombiano hay numerosas camionetas que ofrecen transporte hacia el pueblo de “La Hormiga” (Valle Del Guamuez, Putumayo) por 7.000 pesos, que equivale a algo menos de 3 USD. Este pueblo está a menos de una hora de la frontera y en la parte inicial del trayecto de la carretera casi va en paralelo con el Río San Miguel, que en esa ocasión estaba cerca de desbordarse. El chofer cuenta que en caso de desbordarse toda la zona se inundaría, incomunicando a las poblaciones. En el trayecto tanto de ida como de vuelta se encontraban automóviles ecuatorianos que iban y venían hacia La Hormiga, que se dedica al comercio, como Ipíales (Nariño) aunque es más pequeño y con menos infraestructura que la población nariñense. En La Hormiga se encuentran anuncios ofertando los productos a ecuatorianos con facilidades de pago ya sea en dólares o con tarjeta de crédito. A pesar de que el IVA en varios productos colombianos se incrementó al 19% todavía sigue siendo conveniente comprar en el lado colombiano.

En toda la zona fronteriza se encuentran familias colombo-ecuatorianas que comparten historias familiares a los dos lados de la frontera. En el caso de las personas que llegaron en situación de refugio hacia el Ecuador manifiestan su deseo de que la paz siga avanzando, con todo, de manera general no desean regresar a Colombia. Con el tiempo han ido formando nuevos lazos familiares y afectivos en el Ecuador, por lo que no ven su futuro en Colombia. Por otro lado, al no estar la paz consolidada, siguen viniendo colombianos en necesidad de protección internacional. También hay nuevos motivos de migración forzada: se estima que habría decenas de personas que se  habrían trasladado desde Mocoa (Capital de Putumayo) hacia Sucumbíos debido a la avalancha en dicha población. Esta tragedia también ha acercado a las poblaciones ya que desde Sucumbíos han sabido brindar apoyo [1] a los hermanos colombianos. 

[1] El Universo "De frontera salió ayuda a afectados de Mocoa". http://www.eluniverso.com/noticias/2017/04/04/nota/6123182/fron-tera-salio-ayuda-afectados-mocoa

enero 05, 2017

Concurso de años viejos de la Av. Amazonas


A los cinco años vuelvo a tener la oportunidad de ir a ver el tradicional concurso de años viejos en Quito que cada año se celebra el 31 de diciembre en la Avenida Amazonas (entre la Av. Patria y Colón). Este recorrido implica unas diez cuadras distribuidas en algo menos de 1,5 kilómetros.  La concurrencia de personas al festival de años viejos 2016 fue masiva. Familias enteras fueron a ver los monigotes y la ocasión también fue aprovechada por decenas de personas que encontraron una oportunidad para ganarse algunos dólares. Se encontraban las típicas “viudas” que pedían “una monedita”, también personas disfrazadas que a cambio de un dólar permitían el retratarse fotográficamente. Los temas de los disfraces eran variados: Spiderman, Guasón, Capitán América, Chucky; además de grupos de disfrazados con temáticas como la familia Adams, zombies, etc. No podían faltar los vendedores ambulantes que aprovechando la ocasión vendían máscaras, pelucas y los más variados alimentos.

En total había once grupos temáticos de monigotes, lo que significa escasamente uno por cada cuadra. Luego de finalizar el recorrido, se escuchaban diversos comentarios respecto a que “la tradición se está perdiendo” y “no se puede hablar muy alto” en el sentido de que la falta de humor se debería al temor de expresar las ideas, especialmente si tienen que ver con temas políticos. Lo cierto es que tradicionalmente el concurso de años viejos ha sido una “catarsis” en donde el pueblo puede expresar con humor aquello que le fastidia, molesta o inoportuna. Pero en esta ocasión como que el tono general de los años viejos era el silencio y la falta de humor. 



Algunos de los monigotes se ambientaron en los contextos de las instituciones públicas como los bomberos, la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable, Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) y los bomberos. Representaban sus misiones institucionales con escasa imaginación humorística: todos sabemos que los bomberos están para ayudar,  sabemos que debemos ahorrar agua y toda empresa de comunicaciones nos querrá mostrar que tiene los mejores beneficios. Otros monigotes abordaban cuestiones de identidad y realidad social ecuatoriana como juegos tradicionales, la interculturalidad y la solidaridad con ocasión del terremoto. 

Juegos Tradicionales


La corrupción


Pocos monigotes representaron temáticas alusivas a la política nacional: “La corrupción”, “Los personajes del año” y “Semblanzas de hechos patrios 2016” que en mi opinión fue la mejor representación en cuanto humor y reflejo de la realidad política ecuatoriana. Considero que es urgente que sepamos reírnos de nosotros mismos como sociedad en general con sus realidades sociales y políticas. Solo el humor nos puede salvar de caer en la idea fija y el pensamiento único que hace erigir “una” verdad como la “única” verdad. Como afirma el escritor Amos Oz: “Nunca he visto a un fanático con sentido del humor, ni a nadie con sentido del humor que sea un fanático".

El nuevo año se presenta con grandes retos a nivel mundial y nacional. El hecho de que Trump haya subido al poder no es nada alentador para el mundo. Por otro lado, en Ecuador nos acercamos a una jornada electoral. En todo caso, ¡que no nos falte el humor!


Semblanzas de hechos patrios 2016




septiembre 27, 2015

De ajos y fiestas en Vitoria

“Nos faltan los ajos”, dijo la señora octogenaria a su esposo mientras caminaban por la cuesta de San Francisco. No se trataba de la compra del mercado semanal, ni tampoco es que tuvieran la opción de escoger entre otros productos ya que solamente se veían miles de ajos expuestos a la venta en medio de la estrecha calle desbordada de gente. Decenas de vendedores entusiastas anunciaban su precioso producto::
- ¡Venga! ¡Dos quilos de ajos por solo cinco euros!
- ¡Aquí tiene los mejores ajos de Álava!
- ¡Lleve los ajos para todo el año!



En medio del bullicio se lograba divisar una pancarta expuesta al pie de una escalinata: “No nos llega ni pa’ajos” con traducción al euskera, como para que quede claro que, a pesar del día festivo, todavía no se han ido los tiempos difíciles. Sí, porque la ciudad estaba de fiesta y el olor de ajos lejos de espantar a los visitantes, los atraía con sus promesas festivas. El 25 de julio – día de Santiago Apóstol -  se celebró  a lo grande en Vitoria; porque, por si no lo saben, la fiesta de Santiago no solamente se celebra en el famoso lugar de peregrinación de “Santiago de Compostela” en Galicia, sino además se festeja en diversas ciudades o pueblitos españoles. 

Vitoria-Gasteiz es la capital de la comunidad autónoma española de Euskadi o País Vasco. A pesar de ser capital, no se tiene la impresión de que sea una ciudad abarrotada de personas y coches con la correspondiente contaminación. Es como si fuera una capital sin serlo, ya que es menor en tamaño que la ciudad vasca de Bilbao y cuenta con grandes espacios verdes que la hacen ver como un lugar turístico de paseo más que como un centro político. Algunas de sus calles del Casco Medieval evocan épocas perdidas en el tiempo, como la Catedral de Santa María de Vitoria o “Catedral Vieja” (del s. XIII d.C.). Su estilo gótico nos remite a los tiempos de enigmáticos castillos y catedrales medievales, por eso no es extraño que el escritor Ken Follet se haya inspirado en la Catedral Vieja para escribir “Un mundo sin fin”, novela que es la continuación de “Los Pilares de la tierra”.

Escultura en homenaje a Ken Follet en Vitoria-Gasteiz
En la fiesta del día de Santiago no todo son ajos en Vitoria. Las “cuadrillas” de Blusas y Neskak desfilan por distintas calles animando con sus instrumentos, bailes y cantos coreados a todo pulmón. Para no perder las fuerzas, cada cuadrilla se ha aprovisionado de cerveza y otras bebidas. Así, permanece la garganta fresca y el ánimo en alto para poder cantar  - y en el caso de los menos  dotados, chillar - al son de la banda de turno. También se celebran juegos populares y hasta se tiene una carrera de burros que son animados por sus respectivos “jinetes”  que hacen lo posible  – y también lo imposible – para que sus burros lleguen a la meta. Esta situación ha hecho que algunas asociaciones a favor de los animales defiendan a los burros y sus derechos a no trabajar forzadamente. En todo caso, todo esto es el principio de las festividades ya que luego de un par de semanas se celebraría la “semana grande” de la Virgen Blanca, patrona de la ciudad. Pero eso sería otra historia, con menos ajos, con dosis mayores de fiesta y una pizca de devoción...

Una cuadrilla de Blusas y Neskak