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septiembre 27, 2015

De ajos y fiestas en Vitoria

“Nos faltan los ajos”, dijo la señora octogenaria a su esposo mientras caminaban por la cuesta de San Francisco. No se trataba de la compra del mercado semanal, ni tampoco es que tuvieran la opción de escoger entre otros productos ya que solamente se veían miles de ajos expuestos a la venta en medio de la estrecha calle desbordada de gente. Decenas de vendedores entusiastas anunciaban su precioso producto::
- ¡Venga! ¡Dos quilos de ajos por solo cinco euros!
- ¡Aquí tiene los mejores ajos de Álava!
- ¡Lleve los ajos para todo el año!



En medio del bullicio se lograba divisar una pancarta expuesta al pie de una escalinata: “No nos llega ni pa’ajos” con traducción al euskera, como para que quede claro que, a pesar del día festivo, todavía no se han ido los tiempos difíciles. Sí, porque la ciudad estaba de fiesta y el olor de ajos lejos de espantar a los visitantes, los atraía con sus promesas festivas. El 25 de julio – día de Santiago Apóstol -  se celebró  a lo grande en Vitoria; porque, por si no lo saben, la fiesta de Santiago no solamente se celebra en el famoso lugar de peregrinación de “Santiago de Compostela” en Galicia, sino además se festeja en diversas ciudades o pueblitos españoles. 

Vitoria-Gasteiz es la capital de la comunidad autónoma española de Euskadi o País Vasco. A pesar de ser capital, no se tiene la impresión de que sea una ciudad abarrotada de personas y coches con la correspondiente contaminación. Es como si fuera una capital sin serlo, ya que es menor en tamaño que la ciudad vasca de Bilbao y cuenta con grandes espacios verdes que la hacen ver como un lugar turístico de paseo más que como un centro político. Algunas de sus calles del Casco Medieval evocan épocas perdidas en el tiempo, como la Catedral de Santa María de Vitoria o “Catedral Vieja” (del s. XIII d.C.). Su estilo gótico nos remite a los tiempos de enigmáticos castillos y catedrales medievales, por eso no es extraño que el escritor Ken Follet se haya inspirado en la Catedral Vieja para escribir “Un mundo sin fin”, novela que es la continuación de “Los Pilares de la tierra”.

Escultura en homenaje a Ken Follet en Vitoria-Gasteiz
En la fiesta del día de Santiago no todo son ajos en Vitoria. Las “cuadrillas” de Blusas y Neskak desfilan por distintas calles animando con sus instrumentos, bailes y cantos coreados a todo pulmón. Para no perder las fuerzas, cada cuadrilla se ha aprovisionado de cerveza y otras bebidas. Así, permanece la garganta fresca y el ánimo en alto para poder cantar  - y en el caso de los menos  dotados, chillar - al son de la banda de turno. También se celebran juegos populares y hasta se tiene una carrera de burros que son animados por sus respectivos “jinetes”  que hacen lo posible  – y también lo imposible – para que sus burros lleguen a la meta. Esta situación ha hecho que algunas asociaciones a favor de los animales defiendan a los burros y sus derechos a no trabajar forzadamente. En todo caso, todo esto es el principio de las festividades ya que luego de un par de semanas se celebraría la “semana grande” de la Virgen Blanca, patrona de la ciudad. Pero eso sería otra historia, con menos ajos, con dosis mayores de fiesta y una pizca de devoción...

Una cuadrilla de Blusas y Neskak 

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